Es un espectro, el jefe supremo de los Nazgûl. En vida, pudo haber sido un príncipe de los númenóreanos de Oesternesse. De los nueve anillos que Sauron forjó para engañar a los hombres, dio tres a tres señores de los númenóreanos, los más poderosos de los hombres, en la Segunda Edad de la Tierra Media. Los nueve sucumbieron a su poder y con el tiempo, pasaron a servirle como espectros, ni vivos, ni muertos. De la historia del Señor de los Nazgûl antes de aceptar el anillo, poco más se sabe; en contextos fuera de las obras de J.R.R.T., se dice como rumor que nació hijo del rey Tar-Ciryatan, el constructor de barcos, durante un eclipse. Relegado del trono, por ser el segundo hijo varón, buscó gloria y fortuna en las conquistas númenóreanas en el oeste de la Tierra Media.
El Señor de los Nazgûl era temido y conocido por múltiples nombres, entre ellos podemos destacar: Rey Brujo, Capitán Negro, Dwimmerlaik, Señor de la Desesperación, Rey de Morgul y Señor Hechicero de Angmar.
Tras la derrota de Sauron en la Guerra de la Última Alianza en el 3441 de la Segunda Edad, los Nazgûl desaparecen hasta el año 1300 de la Tercera Edad. El Rey Brujo funda entonces el Reino de Angmar en Eriador, a ambos lados de las Montañas Nubladas. Tras destruir la Torre de Amon Sûl en el año 1409, hace huir a los Dúnedain, ocupa Rhudaur y asola Cardolan. Arveleg I, rey del reino de Arthedain, es asesinado, y los Dúnedain del Norte huyen a Fornost. Sin embargo, los planes de conquista del Rey Brujo son frenados por Araphor, hijo de Arveleg I, el cual logró expulsar al enemigo de las colinas del norte con la ayuda de Círdan y Elrond.
Pero finalmente en 1974, el Rey Brujo conquista Fornost y rechaza a los Dúnedain, expulsándolos hasta más allá del Lune. Hizo retroceder a Arvedui (que había pedido ayuda a Gondor) hacia el norte, y finalmente muere junto al mar antes de que Eärnur acuda en su auxilio. Con Arthedain conquistado, el Rey Brujo se enfrentó al ejército de Gondor, junto con el cual vinieron jinetes de Rhovanion e incluso se comenta que acudió una compañía de arqueros Hobbits de La Comarca. El orgullo del Rey Brujo le hizo salir al encuentro de su enemigo, y fue finalmente derrotado en la Batalla de Fornost.
Tras esta batalla, en la que las fuerzas de Angmar fueron totalmente derrotadas, el Rey Brujo huyó. Eärnur y Glorfindel intentaron cerrarle el paso, pero profiriendo un terrible grito, el Rey Brujo embistió a Eärnur, y el caballo del capitán de Gondor huyó, dando tiempo al Rey Brujo para huir definitivamente. Eärnur pretendía seguirle, pero Glorfindel le detuvo: "Lejos está todavía su condena, y no caerá por mano de hombre", dijo.
Tras la caída del reino de Angmar, el Rey Brujo regresó a Mordor y, reuniendo a los demás Nazgûl, conquistó Minas Ithil en el año 2002. Allí fue donde encontró la Piedra de Ithil que después entregó a Sauron. La ciudad fue rebautizada como Minas Morgul.
El Rey Brujo se mofó por dos veces de Eärnur, ahora coronado Rey de Gondor, burlándose de su huída en la Batalla del Norte. Finalmente, la ira de Eärnur le hizo acudir al desafío del Señor de Morgul con una pequeña escolta. Nunca más se volvió a saber de él, y el Reino de Gondor quedó ahora sin heredero, quedando el gobierno en manos de los Senescales.
Tras el regreso de Sauron a Mordor, en el año 3017 el Señor Oscuro finalmente descubre, tras torturar a Gollum, que el Anillo Único está en La Comarca. El 20 de junio Sauron ataca Osgiliath, lo que permite a los siete Nazgûl que aún quedaban en Minas Morgul, encabezados por el Rey Brujo, cruzar el Anduin. Khamûl y su compañero (enviados por Sauron previamente a Dol Guldur
) se reúnen con el Rey Brujo y los otros seis Jinetes Negros, y de nuevo reunidos los Nueve, emprenden la búsqueda del paradero de los Hobbits. No encuentran nada a lo largo del Anduin, y regresan a Mordor. Entonces Sauron los envía a Isengard, para interrogar a Saruman acerca del Anillo Único.
En Los Cuentos Inconclusos de Númenor y la Tierra Media encontramos dos versiones distintas de lo aquí acontecido. En una de ellas, Saruman les dice a los Nazgûl que él no sabe nada, pero que Gandalf (el cual había huído dos días atrás) sí lo sabía. Pero los Nazgûl encuentran después a Gríma, el cual les indica dónde se encuentra La Comarca (con lo cual, los Nazgûl se percatan de que Saruman les ha mentido).
En la otra versión, es el propio Saruman el que les dice dónde se encuentra La Comarca. De cualquier modo, los Nazgûl emprenden el viaje hacia el norte. Por el camino se encuentran con un dunlendino agente de Saruman, el cual (interrogado por el Rey Brujo) les indica dónde puede encontrarse un Hobbit llamado Bolsón, y les facilita mapas de La Comarca. El dunlendino es enviado, ahora como espía del Señor de los Nazgûl, a Bree. Se trata del sureño bizco con el que se encuentran Frodo y sus compañeros en la Posada del Poney Pisador.
El 22 de septiembre, los Nazgûl llegan al Vado de Sarn, que estaba vigilado por un grupo de Montaraces. Tras derrotarlos, el Rey Brujo envía a Khamûl y otros tres Nazgûl a La Comarca, y a los otros cuatro Jinetes a vigilar el Camino Verde. Él se dirige a la Quebrada de los Túmulos, donde se dice que los seres de mal espíritu que allí habitaban fueron despertados con su presencia.
El ataque a la casa de Frodo en Crincava no tuvo éxito, como tampoco el ataque a los hobbits en Bree, puesto que éstos habían sido puestos a salvo por Trancos. Entonces, el Rey Brujo se dirige a la Cima de los Vientos, donde se enfrentan con Gandalf. Éste finalmente logra escapar al amanecer, perseguido por cuatro de los Nazgûl. Cuatro días más tarde, el Rey Brujo y los cuatro Nazgûl restantes atacan a Frodo, Trancos y los hobbits en la Cima de los Vientos. Allí Frodo no resiste el miedo, y se pone el Anillo Único, viendo las verdaderas formas de los Nazgûl. Ve cómo el Rey Brujo era el más alto de todos ellos, y llevaba una corona en su yelmo. Frodo invoca el nombre de Elbereth, lo que hace gritar al Rey Brujo. Éste apuñala en el hombro al hobbit, con un puñal de Morgul, y una esquirla del metal se quedó dentro, buscando llegar al corazón del Portador del Anillo. Finalmente, Trancos logra rechazar a los Nazgûl con dos antorchas.
El día 11, Glorfindel ve a tres Nazgûl en el Puente Último, y sale en su persecución. Más adelante, ve a otros dos que se dirigen hacia el sur. Pero el día 20, los Nueve Jinetes logran reunirse, y persiguen a Frodo que ahora va montado en Asfaloth, el caballo de Glorfindel, hacia el Vado del Bruinen. El Rey Brujo, que no temía al agua, comienza a cruzar el río, seguido por los demás. Pero el Bruinen se desbordó y arrastró a los Nazgûl río abajo.
Derrotados y sin sus monturas, los Nazgûl regresaron a Mordor. Allí, el Rey Brujo se preparó para atacar Minas Tirith. Desde Minas Morgul avanzó con su gran ejército hacia el Anduin y después rodearon la ciudad, dando comienzo la Batalla de los Campos del Pelennor. Los restantes Nazgûl sobrevolaban la ciudad sembrando el terror, mientras que el Rey Brujo comandaba a las tropas desde tierra. Éste se acercó a caballo a la Gran Puerta de Minas Tirith y blandió una espada larga y pálida. Los brazos de los hombres cayeron a los lados, sin poder moverse. El gran ariete Grond embistió contra la Puerta, y entonces el Rey Brujo pronunció unas palabras terribles en una lengua ya olvidada, y gritando tres veces, la Puerta finalmente se rompió, y el Señor de los Nazgûl entró en la Ciudad Blanca, y todos los hombres huyeron aterrorizados ante él.
Pero Gandalf, a lomos de Sombragrís, estaba ante él. Y el Rey Brujo se burló de él, echándose la capucha hacia atrás y dejando ver la corona que ninguna cabeza visible sujetaba. De la espada del Rey Brujo brotaron unas llamas, pero Gandalf le negó la entrada.
Y entonces cantó un gallo, y sonaron los cuernos del ejército de Rohan, que llegaba en auxilio de Gondor. El Rey Brujo tuvo que retroceder para preparar la defensa de sus tropas. Tomando una gran Bestia Alada por montura y un gran mazo, atacó a Théoden, cuyo caballo, Crinblanca, cayó derribado por un dardo y aplastó a su jinete. Cuando la bestia alada se posó sobre el caballo del Rey de Rohan, un soldado se interpuso, increpando al Rey Brujo para que se alejara de allí si no quería morir. El Rey Brujo respondió que ningún hombre vivo podría matarle, y el jinete se quitó la capucha, diciendo que él no era ningún hombre.
Pues era una mujer quien estaba ante el Rey Brujo: Éowyn, hija de Éomund y sobrina de Théoden. Ésta se enfrentó al Rey Brujo, decapitando de un solo golpe a la bestia alada que montaba. El Rey Brujo destrozó el escudo de Éowyn de un solo mazazo, y ésta cayó de rodillas con el brazo roto. Pero cuando el Rey Brujo iba a atestar un último golpe, Merry Brandigamo, el hobbit, apuñaló con una hoja forjada por los Hombres de Oesternessë al Rey Brujo en la pierna. El Nazgûl cayó de bruces, y Éowyn, reponiéndose, clavó la espada en el hueco entre la corona y el manto. La espada voló por los aires hecha pedazos, y el Rey Brujo cayó vencido finalmente. Sus ropajes y el plaquín yacían vacíos en el suelo, y su espeluznante grito se oyó por última vez, hasta extinguirse.
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