El retorno del Rey
sábado, 31 de octubre de 2009
John Rhys-Davies no actuará en 'El Hobbit'
El sitio de películas Empireonline.com, condujo una entrevista con el actor, conocido entre muchos otros papeles, por su interpretación de Gimli en las películas de 'El Señor de los Anillos'. En esta entrevista, Rhys-Davies respondió a la pregunta si estaría dispuesto a interpretar de nuevo a un enano, como por ejemplo, su padre en la ficción, Glóin.
"Me lo han preguntado ya, y para ser honesto, la verdad es que no [lo haría]. Lo descarté completamente. Hay una parte de mí que quisiera estar involucrado de nuevo, pero no creo que mi rostro pudiera soportar ese tipo de castigo de nuevo". Recordemos que Rhys-Davies detestó las horas de maquillaje necesarias para convertirlo en Gimli.
¿Ni siquiera un cameo? - le preguntaron.
"No. ¿Para qué hacerlo por sólo un par de escenas? Cuando has sido uno de uno, ¿por qué ser uno de trece? Preferiría interpretar algo diferente...tal vez un elfo. Tienen una serie de problemas diferentes con 'El Hobbit', porque tienen 13 enanos, deben representar toda una raza... están tratando de hacer por los enanos lo que 'El Señor de los Anillos' hizo por los hobbits"
Así es que aparentemente no tendremos un enano interpretado por Rhys-Davies, pero quizás no haya que perder las esperanzas de verlo en las próximas películas.... ¿Beorn quizás?
Fuente: Empireonline.com
viernes, 28 de agosto de 2009
La enfermedad de Gollum

De vez en cuando no es raro encontrar en la literatura médica trabajos dedicados a analizar el estado de salud de personajes históricos reales e incluso de ficción. Tintín sufre de hipogonadismo hipogonadotropo, derivado de múltiples traumatismos craneales. También existen investigaciones sobre el estado mental del osito Whinnie Pooh y sus amigos o del trastorno de personalidad antisocial de Sansón. Pues bien, el pasado mes de diciembre fueGollum el paciente instalado en el "diván imaginario" de la psiquiatra Elizabeth L. Sampson, quien con un grupo de estudiantes firmó el análisis exhaustivo del personaje en el British Medical Journal. En apenas dos páginas, la Dra. Sampson hace un repaso de la biografía de este patético sujeto que aparece en El Señor de los Anillos, informándonos, por ejemplo, de que es soltero, tiene 587 años o que no se le conoce "historia de abuso de sustancias", aparte del tabaco de pipa que pudo fumar en su adolescencia. Nos habla de su naturaleza solitaria, de su aspecto poco favorecido, o nos explica el asesinato que cometió, el de su único amigo Deágol, con el fin de apoderarse del fatídico anillo que lo llevó a su autodestrucción. Asimismo, en el diagnóstico del personaje nos comenta que, debido a su "dieta extremadamente limitada, consistente únicamente en pescado crudo", es probable que presente una deficiencia de vitamina B-12 que le cause irritabilidad, ilusiones y paranoia. También atribuye a la anemia por deficiencia de hierro su pérdida de cabello y de peso. Sus ojos saltones y extrema delgadez sugieren, en opinión de la Dra. Sampson y colaboradores, la existencia de hipertiroidismo. Por otro lado, su rechazo a la luz del sol puede ser consecuencia de su fotosensibilidad, característica de porfiria. Los autores señalan que en Internet encontraron alrededor de 1.300 páginas que discuten la naturaleza de la enfermedad mental de Gollum. Con el fin de arrojar más luz a esta inquietante cuestión, la Dra. Sampson interrogó a 30 estudiantes de medicina para que intentaran diagnosticar al personaje de Tolkien, y resultó que 25 de ellos dijeron que era esquizofrénico, algo que la psiquiatra echa por tierra rápidamente, pues no cumple los criterios del ICD-10 (International Classification of Diseases-10). Tres de los estudiantes consultados dedujeron que presentaba un trastorno de personalidad múltiple, dado que es como dos personajes en uno —el malévolo Gollum y el más bondadoso Sméagol—. No obstante, en estos casos cada una de sus personalidades no es consciente de la existencia de la otra, algo que no ocurre en Gollum, puesto que incluso mantiene conversaciones entre ambas. Finalmente, la Dra. Sampson nos da la solución: el personaje tiene trastorno de personalidad esquizoide, para el cual cumple siete de los nueve criterios del ICD-10. Honestamente, creo que ni el mismo J.R.R. Tolkien se lo hubiera planteado...
Ilustración: Courtney Parker.
viernes, 21 de agosto de 2009
Adoradores de Eru
Dado que el Smial no pudo enviar Emisario alguno a la TK de este año, me permito postear este genial escrito que fue enviado a la Lista ATA por Eduardo Th. C del Smial Gwaith i Nan en Sul y que creo, realmente expresa lo que uno siente al volver a casa después de una experiencia tan maravillosa:

El colectivo para en medio del campo, corte de ruta a unos pocos km de donde vivo. Un golpe violento de realidad.
Llamo al taxi de un amigo.
Una vez cómodamente sentado, David me pregunta.
-Dónde estuviste.
Iba a responder Buenos Aires, pero dije.
-Estuve en un mundo donde los hombres y mujeres convierten la magia y fantasia en realidad.-
-Ah! bueno!
Yo seguí. -Sí, pude ver a elfos, medianos y enanos bailando y guerreando, amando y bebiendo. Disfrutando, por sobre todas las cosas.
-Tengwar, con pogo incluido, muy pero muy bueno.
-¿Trajiste fotos?
-Un montón, casi cien.Para el finde hago un asado y nos juntamos a verlas.
LLegamos frente a casa.
-Eduardo, creo que un día me vas a convencer de ir.
-Esa es la idea.
Nos saludamos y entré a casa. La rutinas de siempre volvían.
martes, 11 de agosto de 2009
Un poco de Mitología Nórdica

Hoy vamos a ver cómo fue que Odín perdió su ojo y, paradójicamente, ganó el conocimiento infinito al hacerlo.
Un día como cualquier otro, Odín, fue a buscar a sus hermanos por las praderas de Asgard, sin embargo, pasaron las horas y la búsqueda no dio sus frutos. Acongojado, montó su poderoso caballo, el brioso Sleipner, y se dirigió al territorio de su amigo y consejero Mimer. Mimer era tan sabio y prudente como particular. Este, único en su tipo, era una enorme cabeza sin cuerpo, que en el pasado había pertenecido a un gigante. Postrado e incapacitado de moverse, no obstante, era el guardián de la Fuente de Mimer, una fuente cuyas aguas poseían la sabiduría del universo y a la cual Mimer cuidaba celosamente de cualquier intruso. Si bien no podía moverse, sus gritos eran tan poderosos que podían matar a cualquiera.
Al llegar a la fuente Odín había acumulado gran preocupación pensando en el destino de sus hermanos, por lo que increpó a Mimer para que le permitiese beber un sorbo del agua de la fuente y así conocer la ubicación de sus hermanos. Pero Mimer, tan viejo como sabio se negó rotundamente. Odín, aun más preocupado, le preguntó por qué la negativa, a lo que Mimer replicó que en la vida, se debía de ser precavido, y, cuestionando a Odín quien se encontraba parado a un lado con un semblante entristecido, qué pensaba que pasaría si él, Mimer, le permitiese a cualquiera que llegase con un problema tomar agua de la fuente. Simplemente, cada uno sabría su destino, por lo tanto el destino ya no tendría importancia alguna y lentamente el mundo dejaría de funcionar. ¿Para qué hacer algo si ya se sabe de antemano que pasará?
Odín, ante tan sabia réplica, quedó atónito, y murmurando para si mismo dijo “Daría un ojo por un sorbo”, la cabeza del gigante, que lo que tenía de sabio lo tenía de aburrido, algo lógico dada su situación, respondió: “¿Darías un ojo? trato hecho”.
Odín palidecería al punto del estupor. Sin embargo, tras reflexionarlo, arrancaría uno de sus ojos del zocalo y, deseando no pensar en lo que acababa de hacer, lo arrojaría a la fuente. Este, tras dar unos giros en el agua, caería hasta depositarse en el fondo de la misma. Desde ese mismo día Odín se convertiría en el ser más sabio del universo, siendo capaz de ver adalente y atrás en el tiempo y conociendo las consecuencias a todas y cada una de las acciones.
¿Cuál es la moraleja? A veces, por más que nos duela y nos cueste, deberemos sacrificar cosas muy valiosas a nosotros para ganar algo aun mejor.
Por cierto, de aquí viene la frase “Le costó un ojo de la cara”
miércoles, 1 de julio de 2009
La vida desconocida de Viggo Mortensen

Pero hay un lado B de Viggo, el del renacentista que se autofinancia con su caché, que pinta, saca fotos, compone música, escribe y lleva adelante su propia editorial con la que, ¡atención!, acaba de publicar una antología de poesía argentina.
“Conocí los poemas de estos argentinos a través de Kevin Power, un tipo muy interesante y también muy loco, con quien yo había trabajado en varios proyectos de mi editorial, Perceval Press: un libro sobre el nuevo arte cubano, otros dos del artista Henry Eric, Strange Familiar, del islandés Georg Gudni y Signlanguage, un catálogo para una exposición mía de 2001”, cuenta Viggo por mail. Los libros de Perceval Press pueden conseguirse en Amazon.com.
La Antología de la nueva poesía argentina, la reciente obra de la editorial de Mortensen, reúne a 22 autores de la llamada poesía de los 90 –Gabriela Bejerman, Fabián Casas, Washington Cucurto, Martín Gambarotta, Fernanda Laguna, Damián Ríos, Laura Wittner, entre otros– en una hermosa encuadernación de tapa dura.
Pero para llegar a las manos generosas de Viggo tuvo que hacer un recorrido un poco accidentado.
Cuenta la historia que hace cuatro años, el agitador cultural y editor de Vox, Gustavo López, había preparado esta antología para publicarla en México. El proyectó se cayó y López se lo comentó a Kevin Power, quien además de ser la conexión en esta historia es un reconocido crítico de arte que trabajó como subdirector del Museo Reina Sofía de Madrid. Power le dijo que tenía un amigo que podría estar interesado en financiarlo.
Al tiempo, alguien llamó al teléfono de López en Bahía Blanca, se presentó como Viggo Mortensen y le propuso hacerse cargo de la edición del libro. López no sabía con quién había hablado, incluso le preguntó a qué se dedicaba, hasta que su hija escuchó el nombre y le dijo: “¡Papá es Aragorn, el de El Señor de los Anillos!”
“Hasta ahora mi vínculo con la poesía argentina era el de una persona que había leído algo de la vieja poesía, como Alfonsina Storni, y un poquito de la que llaman nueva –aclara Viggo–. Mi conexión con el trabajo de los poetas incluidos en esta antología seleccionada por Gustavo es relativamente reciente. Al único que he conocido personalmente es a Fabián Casas, un guapo muy sabio de Boedo que es un hincha aún más loco que yo de San Lorenzo. Obviamente me ha gustado mucho todo lo que leí y por eso se ha publicado con Perceval Press.”
Además de ser esta suerte de mecenas de proyectos literarios a punto de naufragar, Viggo tiene publicados once libros. La escritura, dice, cumple en él cierta función escapista y, a la vez, reparadora: “He escrito poesía y cuentos desde mi adolescencia y siempre lo sentí como una manera de viajar, que es algo que me gusta mucho, y de ver la vida desde múltiples puntos de vista. También puede ser una manera de escapar de momentos o situaciones difíciles que a lo mejor no tienen aparente alivio. Es una manera de entender y de aprender lo que me pasa”.
Algunos de sus poemas –escritos en castellano– evocan la geografía que marcó su vida entre los tres y los once años. Como “Chaco”, de 1995: “Me cago en la selva/ Como los monos/ Con sus dientes/ Perfectos y amarillos/ Sin tenerle miedo/ A ningún tigre.”
“Ése lo escribí pensando en mi infancia, en esa fuerza mental y física que tienen los niños: el atrevimiento, el coraje inocente, sin prejuicios, la conexión visceral con la naturaleza, con el medio ambiente que me rodeaba, que parecía abrazarme, amenazarme”, explica.
–¿Qué autores te interesan?
–Muchos, leo todo lo que puedo, me dejo llevar por la suerte, por lo que encuentro en el camino. A veces vuelvo a leer libros, cuentos o poemas que me han gustado. En este momento estoy leyendo tres libros: Seeds of terror, de Gretchen Peters, sobre el narcotráfico como fuente económica de Al Qaeda; una colección de ensayos sobre Medea en la literatura, la filosofía y el arte, y un “rompecabezas” llamado Sobre la certeza, de Ludwig Wittgenstein. También he vuelto a leer poemas de Octavio Paz, Billy Collins, Jaime Sabines, Charles Bukowski, Julio Cortázar, Mario Benedetti, John Ashbery, Artaud.
–¿Cómo conciliás tu costado célebre con tu veta poética? ¿Qué significa escribir poesía en relación con ese contexto?
–Me cuesta a veces porque lo del cine o más bien la promoción del trabajo de hacer cine y la interacción con periodistas y espectadores requieren mucho tiempo y energía. Pero sigo escribiendo cuando puedo, en aviones o de noche en los períodos de mucho trabajo de cine. A veces me llega un poema y no tengo la energía para escribirlo, y se va, desaparece, a lo mejor para siempre. Así es. De vez en cuando también escribo cosas sobre el trabajo de hacer y promover cine, sobre lo que me pasa en la vida, lo que siento de un momento a otro, lo que extraño, lo que me confunde. No siempre se trata de árboles o de enredos personales. Un poema de 1991 que habla un poco sobre el cine y mi vida es este que se llama “Montaje”: “Media-alma en tránsito/ el hombre que fuiste/ por una breve temporada/ ha sido podado/ removido/ a un bien acicalado cementerio/ que huele a palomitas.”
–¿Tenés otros proyectos en la Argentina?
–Desde hace un tiempo estamos trabajando en el norte argentino y en Paraguay, y de ahí pueden resultar tres libros: uno se basa en las fotos y los estudios del etnólogo Max Schmidt de hace unos cien años y de Branislava Susnik, de hace unos cincuenta años, en el Gran Chaco. Otro se basa en fotos hechas por diferentes poblaciones indígenas en el norte de la provincia de Salta y un tercer proyecto tiene que ver con el trabajo de John Palmer en relación con los wichís.
–¿Qué te interesa publicar a través de Perceval Press?
–Publico como leo: por todos lados, poco a poco, sin rumbo definido. Y aun así, no paramos de tener proyectos.
Fuente
domingo, 26 de abril de 2009
Ered i Kalain: Tolkiendili en el Imaginario Tucumán 2009


miércoles, 25 de febrero de 2009
El móvil de Hansel y Gretel por Hernán Casciari.
Anoche le contaba a la Nina un cuento infantil muy famoso, el Hansel y Gretel de los hermanos Grimm.
En el momento más tenebroso de la aventura los niños descubren que unos pájaros se han comido las estratégicas bolitas de pan, un sistema muy simple que los hermanitos habían ideado para regresar a casa. Hansel y Gretel se descubren solos en el bosque, perdidos, y comienza a anochecer.
Mi hija me dice, justo en ese punto de clímax narrativo: "No importa. Que lo llamen al papá por el móvil".
Yo entonces pensé, por primera vez, que mi hija no tiene una noción de la vida ajena a la telefonía inalámbrica. Y al mismo tiempo descubrí qué espantosa resultaría la literatura —toda ella, en general— si el teléfono móvil hubiera existido siempre, como cree mi hija de cuatro años. Cuántos clásicos habrían perdido su nudo dramático, cuántas tramas hubieran muerto antes de nacer, y sobre todo qué fácil se habrían solucionado los intríngulis más célebres de las grandes historias de ficción.
Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica, en cualquiera que se le ocurra. Desde la Odisea hasta Pinocho, pasando por El viejo y el mar, Macbeth, El hombre de la esquina rosada o La familia de Pascual Duarte. No importa si el argumento es elevado o popular, no importa la época ni la geografía.
Piense el lector, ahora mismo, en una historia clásica que conozca al dedillo, con introducción, con nudo y con desenlace.
¿Ya está?
Muy bien. Ahora ponga un teléfono móvil en el bolsillo del protagonista. No un viejo aparato negro empotrado en una pared, sino un teléfono como los que existen hoy: con cobertura, con conexión a correo electrónico y chat, con saldo para enviar mensajes de texto y con la posibilidad de realizar llamadas internacionales cuatribanda.
¿Qué pasa con la historia elegida? ¿Funciona la trama como una seda, ahora que los personajes pueden llamarse desde cualquier sitio, ahora que tienen la opción de chatear, generar videoconferencias y enviarse mensajes de texto? ¿Verdad que no funciona un carajo?
La Nina, sin darse cuenta, me abrió anoche la puerta a una teoría espeluznante: la telefonía inalámbrica va a hacer añicos las nuevas historias que narremos, las convertirá en anécdotas tecnológicas de calidad menor.
Con un teléfono en las manos, por ejemplo, Penélope ya no espera con incertidumbre a que el guerrero Ulises regrese del combate.
Con un móvil en la canasta, Caperucita alerta a la abuela a tiempo y la llegada del leñador no es necesaria.
Con telefonito, el Coronel sí tiene quién le escriba algún mensaje, aunque fuese spam.
Y Tom Sawyer no se pierde en el Mississippi, gracias al servicio de localización de personas de Telefónica.
Y el chanchito de la casa de madera le avisa a su hermano que el lobo está yendo para allí.
Y Gepetto recibe una alerta de la escuela, avisando que Pinocho no llegó por la mañana.
Un enorme porcentaje de las historias escritas (o cantadas, o representadas) en los veinte siglos que anteceden al actual, han tenido como principal fuente de conflicto la distancia, el desencuentro y la incomunicación. Han podido existir gracias a la ausencia de telefonía móvil.
Ninguna historia de amor, por ejemplo, habría sido trágica o complicada, si los amantes esquivos hubieran tenido un teléfono en el bolsillo de la camisa. La historia romántica por excelencia (Romeo y Julieta, de Shakespeare) basa toda su tensión dramática final en una incomunicación fortuita: la amante finge un suicidio, el enamorado la cree muerta y se mata, y entonces ella, al despertar, se suicida de verdad. (Perdón por el espoiler.)
Si Julieta hubiese tenido teléfono móvil, le habría escrito un mensajito de texto a Romeo en el capítulo seis:
M HGO LA MUERTA,
PERO NO STOY MUERTA.
NO T PRCUPES NI
HGAS IDIOTCES. BSO.
Y todo el grandísimo problemón dramático de los capítulos siguientes se habría evaporado. Las últimas cuarenta páginas de la obra no tendrían gollete, no se hubieran escrito nunca, si en la Verona del siglo catorce hubiera existido la promoción "Banda ancha móvil" de Movistar.
Muchas obras importantes, además, habrían tenido que cambiar su nombre por otros más adecuados. La tecnología, por ejemplo, habría desterrado por completo la soledad en Aracataca y entonces la novela de García Márquez se llamaría 'Cien años sin conexión': narraría las aventuras de una familia en donde todos tienen el mismo nick (buendia23, a.buendia, aureliano_goodmornig) pero a nadie le funciona el messenger.
La famosa novela de James M. Cain —'El cartero llama dos veces'— escrita en 1934 y llevada más tarde al cine, se llamaría 'El gmail me duplica los correos entrantes' y versaría sobre un marido cornudo que descubre (leyendo el historial de chat de su esposa) el romance de la joven adúltera con un forastero de malvivir.
Samuel Beckett habría tenido que cambiar el nombre de su famosa tragicomedia en dos actos por un título más acorde a los avances técnicos. Por ejemplo, 'Godot tiene el teléfono apagado o está fuera del área de cobertura', la historia de dos hombres que esperan, en un páramo, la llegada de un tercero que no aparece nunca o que se quedó sin saldo.
En la obra 'El jotapegé de Dorian Grey', Oscar Wilde contaría la historia de un joven que se mantiene siempre lozano y sin arrugas, en virtud a un pacto con Adobe Photoshop, mientras que en la carpeta Images de su teléfono una foto de su rostro se pixela sin remedio, paulatinamente, hasta perder definición.
La bruja del clásico 'Blancanieves' no consultaría todas las noches al espejo sobre "quién es la mujer más bella del mundo", porque el coste por llamada del oráculo sería de 1,90€ la conexión y 0,60€ el minuto; se contentaría con preguntarlo una o dos veces al mes. Y al final se cansaría.
También nosotros nos cansaríamos, nos aburriríamos, con estas historias de solución automática. Todas las intrigas, los secretos y los destiempos de la literatura (los grandes obstáculos que siempre generaron las grandes tramas) fracasarían en la era de la telefonía móvil y del wifi.
Todo ese maravilloso cine romántico en el que, al final, el muchacho corre como loco por la ciudad, a contra reloj, porque su amada está a punto de tomar un avión, se soluciona hoy con un SMS de cuatro líneas.
Ya no hay ese apuro cursi, ese remordimiento, aquella explicación que nunca llega; no hay que detener a los aviones ni cruzar los mares. No hay que dejar bolitas de pan en el bosque para recordar el camino de regreso a casa.
La telefonía inalámbrica —vino a decirme anoche la Nina, sin querer— nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles.
Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida real, no estaremos privándonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? ¿Alguno de nosotros, alguna vez, correrá desesperado al aeropuerto para decirle a la mujer que ama que no suba a ese avión, que la vida es aquí y ahora?
No. Le enviaremos un mensaje de texto lastimoso, un mensaje breve desde el sofá. Cuatro líneas con mayúsculas. Quizá le haremos una llamada perdida, y cruzaremos los dedos para que ella, la mujer amada, no tenga su telefonito en modo vibrador. ¿Para qué hacer el esfuerzo de vivir al borde de la aventura, si algo siempre nos va a interrumpir la incertidumbre? Una llamada a tiempo, un mensaje binario, una alarma.
Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido las migas de pan.
Nuestras tramas están perdiendo el brillo —las escritas, las vividas, incluso las imaginadas— porque nos hemos convertido en héroes perezosos.
viernes, 3 de octubre de 2008
El Unicornio (Manuel Mujica Lainez)

Intrigas, escarceos, intervención de personajes fantásticos y una capacidad extraordinaria para darle a su novela una sin fin de embagues son sólo algunas de las cualidades que Manuel Mujica Lainez despliega en la novela, El unicornio. Al igual que su otra novela, la de Bomarzo, el escritor argentino vuelve a poblar sus páginas con seres fantásticos, -ya no un conde italiano- pero sí los grandes caballeros de tiempos de los cruzados. Lainez da vida y color y olor a su novela. Mención especial tienen las descriociones de la ciudad de Acre con sus negros, sus barrios de griegos ortodoxos y factorias y la estampa cruel pero al mismo tiempo amorosa con la que retrata a un joven Baudion IV agobiado por la lepra, en medio de las intrigas de la corte y la marcha de Saladino contra la ciudad Santa.
En El unicornio existe ese gran aliento literario, no contenido, no limitado a la disección de un momento sino al servicio de una vasta geneología, de tramas que se anudan en diversos niveles. Si hay que definir una novela por lo que contiene, elUnicornio es una novela que intenta ser total y lo alcanza sin detener el aliento ni el impulso narrativo.
http://bibliosvitae.blogspot.com/2006/11/el-unicorniomanuel-mujica-lainez.html
miércoles, 6 de agosto de 2008
Realismo Épico
El término puede aplicarse en general a la conciliación de lo sobrenatural y lo fantástico en la literatura, con la verosimilitud interna del relato y con la credibilidad con que éste se llega a desarrollar. De éste modo puede vinculársele con el realismo mágico (por el afan de unir vanguardismo y realismo); aunque más que tender al aspecto mágico, se concentra en obras sobre personajes humanos, o de espíritu humano, cuya cotidianidad y vida interior no se descuida (en oposición a la épica tradicional, en la que ésta es por lo común irrelevante) y que incluso llegan a ser bastante comunes, que se ven enfrentados a situaciones extraordinarias, en mundos usualmente irreales, ante las cuales sus actos, aunque lleguen a ser heroicos, siguen estando teñidos de humanidad.
El pensamiento del posmodernismo ha contribuido en buena medida al desarrollo de éste género, que puede verse como expresión del desengaño contemporáneo frente al superhombre y a los mitos. Dentro de ésta tendencia se podría considerar, entre otras, las obras iniciales y más importantes de Ray Bradbury, con sus tramas de ciencia ficción con desusados análisis psicológicos y comentario social y en cierto modo parte de la obra de Miguel Gutierrez.
Algunos ejemplos extraliterarios recientes son las películas Chaqueta 3 de Luis Rañeri, Kill Bill de Quentin Tarantino, Cloverfield de JJ Abrams y el anime Evangelion de Hideaki Anno.
http://es.wikipedia.org/wiki/Realismo_%C3%A9pico
miércoles, 23 de abril de 2008
Howard Phillips Lovecraft


Ha sido uno de los escritores de horror y ciencia ficcción más influyentes del siglo XX. Injustamente ignorado en vida, fue después de su muerte cuando el empuje de algunos amigos y colegas, empeñados en difundir su obra a cualquier precio, consiguió que se le prestara a su narrativa la atención que merecía. Hoy en día Lovecraft ocupa en el canon de la literatura norteamericana un lugar preeminente: recientemente ha visto publicada parte de su obra en la "Library of America" - una especie de "salón de la fama" literario.
De forma generalista le fueron atribuidos los mitos de Cthulhu (ciclo de literatura de terror fantástico), pero que en realidad cobraron forma con las generaciones posteriores de escritores de terror y ciencia ficción. Convierte el horror gótico de fantasmas y seres inmateriales en un terror material, en una suerte de terror psicológico completamente irracional . Así, las divinidades de pueblos casi desaparecidos resultan ser entidades alienígenas blasfemas y habitualmente irracionales que luchan y compiten en ciclos de destrucción frente al hombre, el cual se eleva cual humillado mosquito atrapado en melaza sólo pudiendo ser espectador de su propia muerte.
Tienen muchísima aceptación popular algunas de sus invenciones, que algunos han llegado a considerar productos reales: el Necronomicón (Lovecraft jugó con la etimología del nombre:el libro de los muertos, la imagen de la ley de los muertos,...) cuyo título original era Al Azif (Murmullo de los insectos nocturnos, atribuido por los arabes a demonios de la noche), incluso llegó a tener ficha en la Biblioteca General de la Universidad de California y apareció en anuncios de venta de libros, Cthulhu (primigenio alienígena encerrado en las profundidades marinas), Nyarlathotep (el mensajero del estúpido y horrible dios supremo Azathoth) y los profundos (hombres batracio de las profundidades marinas).
El mundo de los llamados Mitos de Cthulhu que engloba a éstos y a las llamadas tierras de Lovecraft (triángulo imaginario creado por Lovecraft y situado en Nueva Inglaterraconstituido por los pueblos ficticios de Arkham, Innsmouth y Dunwich) dio paso a principios de los ochenta a la creación del juego de rol llamado La Llamada de Cthulhu. En él se da cabida a todos los elementos constituyentes de la mitología y obras tanto de Lovecraft como de sus colaboradores. Estos elementos son los seres o criaturas de los Mitos, personajes investigadores que intentan frustrar los planes de los malvados cultistas o seguidores de las citadas criaturas y numerosos artefactos mágicos, libros de hechizos y lugares ambientados en las Tierras de Lovecraft y otras partes del mundo. También se han creado varias películas basadas en algunos cuentos pero ninguna es bien vista por la crítica en general. En el ámbito musical varias agrupaciones han creado composiciones de esta creencia, siendo la banda de Thrash Metal ochentera Metallica quien crea la obra mas conocida de esta historia, esta obra se puede encontrar en su segundo album "Ride The Lighting", bajo el nombre de Call of Ktulu (Haciendo referencia a Cthulhu), esta interpretación es puramente instrumental.
http://es.wikipedia.org/wiki/Lovecraft
http://es.wikipedia.org/wiki/Mitos_de_Cthulhu
jueves, 17 de abril de 2008
Nombres relacionados con el 'Señor de los Anillos' en Bélgica
Fuente: Diario El Mundo. 17/04
martes, 8 de abril de 2008
Guy Gavriel Kay

Entre 1982 y 1989 trabajó como guionista principal y productor asociado de una serie radiofónica de Canadian Broadcasting Corporation, Thes Scales of Justice.
En 1984 publica su primera obra de fantasía, "El Árbol de Verano", primer volumen de la trilogía "El Tapiz de Fionavar". En donde se encuentran elementos de mitos celtas y artúricos. La trilogía se completa con los libros "Fuego Errante"(1986) y "Sendero de Tinieblas"(1986).
Otras obras publicadas en español de este autor son: "Tigana", "Los Mosaicos de Sarantium" y "Reino de Luz y Tinieblas".
Entrevistan al bisnieto de Tolkien, fanático de su obra
(Reuters)12/02/04 - Si hay un hobbit feliz en el mundo real, ese es Royd Tolkien, bisnieto de J.R.R. Tolkien, cuyos libros han servido como base para las exitosas películas de "El Señor de los Anillos."
El joven Tolkien, que vive en el norte de Gales, admite libremente que cuando escuchó por primera vez que un estudio de Hollywood quería adaptar al cine los libros de fantasía de su bisabuelo estaba preocupado. Pero con la última entrega "El Señor de los Anillos: El Retorno del Rey" recaudando más de 940 millones de dólares con la venta de entradas a nivel mundial y liderando la carrera hacia los Oscar, Royd respira con tranquilidad.
"Al principio pensé, 'Oh dios, una película de Hollywood', habrá demasiadas cosas para meter en una película, muchas se quedarán fuera", dijo en una reciente entrevista por teléfono. "Pero desde que he visto los filmes, he cambiado completamente de opinión. Ha sido como una bocanada de aire fresco y las he visto siete veces," añadió.
La serie de películas sobre una batalla épica por controlar una tierra de fantasía poblada de hobbits, elfos, magos y sus adversarios, los orcos liderados por el malvado Sauron, se han convertido en material de leyenda en Hollywood. La saga en cine comenzó con "El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo" en el 2001, seguida por "El Señor de los Anillos: La Dos Torres" en 2002 y ahora con "El Retorno del Rey."
Realizadas las tres a la vez por unos 300 millones de dólares, las películas podrían haber dejado al estudio New Line Cinema, una unidad del gigante Time Warner Inc, fuera del negocio. En su lugar, se convirtió en el mayor éxito generando un total de 2.700 millones de dólares en la venta de entradas globales.
El director neozelandés Peter Jackson pasó siete agotadores años de su vida trabajando en las películas, y para él ha valido la pena. El fin de semana recibió el prestigioso premio del gremio de Directores como mejor director y el cineasta y "El retorno del rey" parecen que arrasarán con los Oscar —los máximos galardones de la industria cinematográfica— el 29 de febrero.
Con todo, Royd dijo al principio que la familia Tolkien no quería tener nada que ver con la película y los realizadores, a su vez, nunca consultaron a la familia. Eso cambió a mediados del año pasado, cuando el bisnieto de 34 años de edad del hobbit original envió un correo electrónico al equipo de realización de Jackson pidiendo ir a Nueva Zelanda para hacerle una visita.
La respuesta fue un rápido sí y que viajara inmediatamente, porque la película estaba a punto de terminar las últimas tomas que se necesitaban para completar "El retorno del rey."
"Literalmente, cada día, fui recibido con los brazos abiertos", contó el joven Tolkien.
De hecho, fue tan bienvenido que Jackson incluso le pidió que vistiera la armadura de un gondoriano y luchara contra los malvados orcos. Los fans del filme pueden ver al heredero de Tolkien blandiendo lanzas en medio de las ruinas de Osgiliath.
En la vida real, Tolkien dijo que raramente se le pregunta acerca de su bisabuelo, y cuando lo hacen es, usualmente, en las librerías.
"No soy una persona muy pública. Nadie sabe quien soy", dijo. Agregó que es admirador de los libros de "El señor de los anillos" desde que era un niño, no sólo porque se sentía obligado a leerlos debido a sus lazos familiares, sino porque son buenos.
Royd dijo que cuando falleció en 1973, su bisabuelo apenas estaba comenzando a ver que los libros alcanzaban su estatus de "culto".
"El escribir los libros no era algo que quería hacer para alcanzar ese tipo de éxito. Realmente tenía una historia que quería contar", dijo el bisnieto de Tolkien. Y en qué historia se ha convertido.
viernes, 8 de febrero de 2008
Tolkien y los 'inklings'

J. R. R. Tolkien y C. S. Lewis, ambos profesores en Oxford, fueron grandes amigos muy interesados por el mundo de los mitos y de la fantasía. Junto con un núcleo formado por ellos dos y los también escritores Charles Williams y Owen Barfield, formaron un club que recibía el nombre de Inklings (Indicios), que se reunió en un pub de Oxford entre 1930 y 1960, aunque su época de más actividad fue en los años cincuenta, cuando Tolkien publicó El Señor de los Anillos y Lewis Las crónicas de Narnia.
El pub en cuestión se llamaba The Eagle and Child, aunque sus miembros se solían referir a él como The Bird and Baby. En él se hablaba de literatura y de filosofía y se leían fragmentos de obras en curso. Fue allí donde tanto Lewis como Tolkien hicieron sus primeras lecturas de sus famosas obras. En uno de los relatos de La historia de la Tierra Media, Tolkien creó un club ficticio que recibe el transparente nombre de Notion Club, un claro homenaje a los inklings. En El Señor de los Anillos, por otra parte, algunos críticos han visto una clara influencia de C. S. Lewis, en especial en los ents, esos árboles que piensan. En cualquier caso, es un hecho que ambos autores siguen gozando de los favores del público muchos años después de su muerte.
Humphrey Carpenter, autor de J. R. R. Tolkien. Una biografía (Minotauro), escribe que Tolkien y Lewis tenían muchos intereses en común, incluida una forma de vestir muy alejada del dandismo. "Ninguno de los dos", escribe, "podía soportar forma alguna de afectación en el vestir. Lewis llevaba esto al extremo no sólo de adquirir ropa ordinaria, sino de vestir con absoluta indiferencia. Tolkien, más cuidadoso, al menos llevaba los pantalones planchados".
Fuente: www.elpais.com
martes, 29 de enero de 2008
Gigantes de Piedra
Se decía que en los lejanos días de gloria de Gondor los reyes del mar habían edificado la fortaleza de Helm con la ayuda de estos gigantes.